La mente finita, la del hemisferio izquierdo, funciona como un disco rígido, con datos cargados de limitaciones y versiones limitantes. El ego, aferrándose a estas restricciones, rápidamente pretende asumir una identidad falsa: la del enfermo. La enfermedad con pronóstico de muerte es un camino de justificación, como lo llamó San Pablo en su proceso de metanoia. Justificación, en su significado de "justificato", implica la acción y el efecto de hacer algo justo bajo el amparo de la justicia divina. La muerte nos confronta con el verdadero poder divino, un poder que trasciende al ser humano, abarca a toda la creación.
El anuncio de la muerte, entonces, produce un efecto revelador: en el estado de amor, de no-muerte, las máscaras caen. Aquellas máscaras que están ligadas a las actividades mundanas, a las profesiones, a los linajes, a los nombres, a los ancestros... Solo queda la identidad sin máscaras, la esencial, frente a la misma creación que nos dio la vida en esta tierra, para que, al igual que la flor, perezcamos. De ahí surge este proceso natural, la única verdad cierta: todo ser humano experimentará la muerte. Ante esta realidad, el aprendizaje consiste en que esta verdad nos libere de todo lo erróneo antes del último suspiro.
He aquí la premisa: si las máscaras mundanas, con sus identidades, se funden en un instante, todos los condicionamientos que nos mantenían atrapados, ensombrecidos, enfermos... se liberan. Cuando la mujer que sufría 12 años de hemorragias, utilizando todos los mecanismos "mortales" para encontrar sanación, se acercó a Jesús (quien representa en ese ser el Cristo que nos habita a todos, nuestra parte más esencial, sana), el flujo de sangre se cortó. Un día, la necesidad de sanación, de habitar este cuerpo sintiendo los límites, las corazas, los muros de falsa protección, la oprimian… de repente… de la mente mortal… destella en la posiblidad de otra realidad…la que sutilmente el Principito presenta en su frase LO ESENCIA ES INVISIBLE A LOS OJOS… tomo todo otra dimension no necesitaba de nada material… si la muerte le presentaba, era una Dimension ... en los confines de la mente...que nunca antes... se habia acercado... es la puerta… comun a todos los mortales....pero se presento cuando aun estaba resipirando… entonces la realidad de la muerte no es solo el cuerpo que queda reducido a polvo…sino a vivir la experiencia de MUERTE… del ARTE de hacer MORIR TODOS LOS CONDICIONAMIENTOS… mortales…SE LIBERA DE LO FALSO.
Ahora, por decisión o por necesidad y urgencia, se llega a este punto: La salida de sanación es una decisión porque hay una opción cuando se creía que se estaba atrapado… cobra REALIDAD… LO QUE NO TENIA SUSTANCIA, murieron los condicionamientos limitantes, que la mantenían presa en enfermedad, pobre ...pecadora...
se inicia el camino interior de justificación, de alineación con la Dimensión Sublime. Conocer los principios que la mueven es experimentarlos, es entregarse, es permitir que se haga la voluntad divina y reconocer su reflejo actuando en nosotros, sin separarnos de la creación que primero amó. De ahí se explica la frase de Jesús: "Tu fe te ha salvado". Jesús fue el medio de activación de su esencia, y ella ya no encontró más limitaciones mortales en su mente finita, activo su Triangulo Sagrado… y como manantial la ilumino en SANACION. Se había pulido tanto que dejó reflejar la esencia de sanación interior.
Liberarse de condicionamientos mortales y finitos, que nos mantienen atados a falsas creencias, nos conduce a una realidad de vida. Alinearse con el amor, con la no-muerte, con pensamientos sublimes, con un lenguaje acorde a la dimensión sublime, es la manifestación del PODER SANADOR del Arte.
Texto : Paulina Lavergata
Obra: Eugenio Cuttica
ARTE ATARAXIA
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